El Papa, en la "inhumana crisis económica mundial" habla de vergüenza por los muertos de Lampedusa

El Papa, en la "inhumana crisis económica mundial" habla de vergüenza por los muertos de Lampedusa
Ciudad del Vaticano, (VIS).-”Observando la realidad actual, me pregunto si hemos entendido la lección de la “Pacem in Terris. Me pregunto si las palabras justicia y solidaridad están solo en el diccionario o todos nos esforzamos para que sean una realidad”, ha dicho el Papa recibiendo en audiencia a los participantes en el encuentro promovido por el Pontificio Consejo Justicia y Paz para conmemorar el 50 aniversario de la publicación de la encíclica del futuro santo Juan XXIII.
La Pacem in Terris (Paz en la tierra), como ha recordado Francisco, se escribió en el período más crítico de la guerra fría, cuando la humanidad temía encontrarse al borde un conflicto atómico mundial por el enfrentamiento entre las dos grandes potencias, Estados Unidos y Unión Soviética. Con ella Juan XXIII lanzaba un dramático llamamiento por la paz a los responsables del poder. “Era un grito a los hombres, pero también una súplica al cielo. El diálogo que, entonces, se abrió con dificultad entre los grandes bloques contrapuestos llevó, durante el pontificado de otro beato, Juan Pablo II, a la superación de aquella fase y a la apertura de espacios de libertad y diálogo. Las semillas de paz sembradas por el beato Juan XXIII han dado fruto y, no obstante, hayan caído muros y barreras, el mundo sigue necesitando paz y el llamamiento de la Pacem in Terris sigue siendo actual”.

Al finalizar el encuentro, el Papa ha hablado del trágico naufragio de una barca, esta mañana en la isla italiana de Lampedusa, que transportaba más de 300 inmigrantes de los cuales más de 90 han perdido la vida y 250 siguen desaparecidos:
Hablando de paz, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grave de la falta de respeto hacia el hombre, non puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio hoy en el mar de Lampedusa. ¡Me viene en mente la palabra vergüenza! ¡Es una vergüenza!. Recemos juntos a Dios por los que han perdido la vida: hombres, mujeres, niños, por las familias y por todos los refugiados. ¡Unamos nuestras fuerzas para que no se repitan tragedias de este tipo!. Sólo una colaboración decidida por parte de todos puede ayudar a prevenirlas”.

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