Julio Rocha, una parte fundamental del Oviedo Baloncesto

Julio Rocha, una parte fundamental del Oviedo Baloncesto

Guillermo Arenas: "Para mí es un lujo poder contar con él en la cancha pero sobretodo fuera de ella"

 

Julio Rocha (más conocido como ‘Julito’ en el Oviedo Club Baloncesto) es una parte fundamental del equipo. Este ovetense de treinta y cinco años diplomado en ciencias empresariales y funcionario del Conservatorio Superior de Música de Oviedo compagina su trabajo con una labor fundamental en el Unión Financiera Asturiana Oviedo Baloncesto, el ser delegado del equipo Adecco Plata, una función que pasa desapercibida para muchos

pero que es realmente importante en el transcurso de los partidos.

 

Vinculado, desde siempre, con el entrenador del equipo, Guillermo Arenas, Julito empezó jugando al baloncesto en su colegio, École, de gran tradición en este deporte y cuna de grandes baloncestistas, como Saúl Blanco.

 

Pero pronto se daría cuenta de que lo que realmente le gustaba era llevar el apartado estadístico. Así, a los dieciocho años, comenzó con el equipo de segunda autonómica masculina de École y algunos otros de categorías inferiores: “el coordinador de baloncesto del colegio, Luis Menéndez, me propuso esa función

y acepté”.

 

Desde entonces lleva prácticamente toda la vida realizando este trabajo. Al Oviedo Club Baloncesto llegó en el año 2005 para llevar el junior femenino que entrenaban Guillermo Arenas y Alfredo Riera (ex entrenador del equipo Adecco). Al año siguiente, la temporada 2006-2007, empezaría ese vínculo con Arenas como entrenador-delegado: “todo empezó cuando conseguí convencerle para que dirigiera un partido que yo tenía que ver desde la grada, equipo que llevaba de aquella un junior femenino de segunda. Recuerdo como si fuera ayer los nervios que Julio tenía y como al llegar al pabellón tuvimos que preparar dónde me sentaría para que él pudiera verme las señas que habíamos preparado para el partido. Fue muy divertido tanto que a partir de ahí me ha acompañado el resto de esa temporada y todas las que vinieron detrás”, comenta Guillermo.

 

Aunque es cierto, que la amistad que conservan estos dos apasionados por el baloncesto, viene desde mucho antes: “Guille tiene un año más que yo pero íbamos al mismo colegio y eso ya hizo que nos conociésemos desde pequeño. Yo iba a verle cuando él era jugador y al final hemos conseguido forjar una gran amistad hasta tal punto que vivimos en el mismo edificio”.

 

Con una mirada basta para que Guille le mande a su delegado. Como suele ocurrir siempre: “cuanta más confianza se tiene, más broncas se echa. Pero la forma de trabajar de Guille ha sido siempre la misma. Él ha evolucionado subiendo de categoría pero la intensidad ha sido siempre la misma”. Es tanto el grado de amistad de ambos que son capaces de detectar, el uno en el otro, cuál es su estado anímico en apenas unos segundos.

 

Julito es la viva expresión en persona. Cuando están contentos en el Unión Financiera Asturiana Oviedo Baloncesto es el primero en sacarle una sonrisa a cualquier miembro de la plantilla; pero cuando la tristeza invade el vestuario carbayón, también es el primero en el que se hace notar, probablemente por la ausencia de esa alegría que derrocha continuamente.

 

Pero ahí está siempre a su lado su amigo Guille para decirle con una caricia en el hombro: “no pasa nada Julito, la próxima vez irá mejor”.

 

Como también ha habido momentos a la inversa donde Julito ha sido el mayor apoyo de Guille: “recuerdo cuando Guille era jugador del Nacional Masculino del École y yo delegado y perdimos en la fase de ascenso a EBA en Salamanca. No sé cuánto tiempo estuvimos los dos llorando en el vestuario…”.

 

Para el entrenador del Unión Financiera Asturiana Oviedo Baloncesto, “han sido muchísimos momentos buenos y en muchos años multiplicados por dos ya que era delegado siendo yo entrenador y también jugador, de ahí la confianza en su trabajo y en todo lo que aporta al equipo, es una grandísima ayuda. Para mí es un lujo poder

contar con él en la cancha pero sobretodo fuera de ella. Hemos compartido más de media vida, es más que un delegado”.

 

Julito se define como una persona nerviosa, agradable y borde a la vez, que intenta estar siempre de broma y cachondeo pero… ¿cómo lo ve la plantilla del Unión Financiera Asturiana Oviedo Baloncesto?

 

VÍCTOR PÉREZ: “Es un auténtico show man. Es uno de los mayores personajes que me he encontrado en mi vida. Es todo un crack”.

 

FRAN CÁRDENAS: “Es un auténtico personaje. Tiene bromas para todo el mundo. Siempre está con los jugadores haciéndonos reír, incluso antes de los partidos, cosa que nos viene muy bien”.

 

RICARDO PÁMPANO: “Es la alegría del club, siempre está de buen humor. Vamos a tener que buscarle un sitio en el vestuario porque es el más pesado del mundo…”.

 

DIEGO SÁNCHEZ: “Es el delegado con más talento de toda la liga y baila muy bien el Gangnam Style mientras conduce…”.

 

AGUSTÍN PRIETO: “Las cenas de equipo sin Julito no son cenas. Nos levanta siempre el ánimo, sobre todo cuando perdemos”.

 

ÁLEX LESMES: “Es una persona muy implicada en el club. Lo conozco desde hace mucho tiempo y siempre me trató muy bien”.

 

WILLIAM GALICK: “Julio es diferente, es muy divertido. Te puedes reír tanto de él como con él”.

 

WILL HANLEY: “Es una estrella, en todas las situaciones y tiene un gran corazón”. 

 

GYORGY KINTER: “Cuando le veo siempre sonrío…”. 

 

HÉCTOR MACÍA: “Julito es sinónimo de alegría. No puede faltar a ninguna celebración ni cena porque siempre es el alma de la fiesta. Te alegra el día por muy mal que haya ido. Si tuviera que elegir para llevarme a una isla desierta entre Pamela Anderson y Julito me lo llevaría a él… pero teñido de rubio y con un poco de maquillaje”.

 

RAÚL QUIRÓS: “Es de esa clase de personas que siempre están ahí, apoyándote en los buenos y malos momentos. Sabe sacarte una sonrisa y crear buen ambiente aunque las cosas vayan mal y tiene un corazón que no le cabe en el pecho”.

 

ADRIÁN MACÍA: “Madridista convencido siente el Oviedo Baloncesto como el que más. Él solo es capaz de alegrar y revolucionar el vestuario. Siempre tiene una frase o respuesta para cada miembro del equipo. Es destacable su evolución con el inglés a la hora de comunicarse con los foráneos… Su momento cumbre fue conseguirnos unos increíbles bocadillos de calamares en Cambados hace unos años en liga EBA. Su presencia nunca pasa desapercibida y siempre es para bien”.

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