El paciente con un corazón artificial implantado en el 12 de Octubre, en perfecto estado un año después

El paciente con un corazón artificial implantado en el 12 de Octubre, en perfecto estado un año después

Puede caminar, conducir, viajar y llevar a cabo actividades cotidianas propias de una persona sana

 

Madrid.- El paciente al que hace ahora un año médicos del Hospital Universitario 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid implantaron un corazón artificial definitivo presenta un estado de salud muy satisfactorio y realiza de forma absolutamente independiente todo tipo de actividades cotidianas propias de una persona sana, como caminar, viajar o incluso conducir. En mayo del pasado año se le colocó un dispositivo permanente de asistencia ventricular izquierda de flujo continuo y tan sólo un mes después recibió el alta hospitalaria.

 

En la actualidad, acude a este hospital madrileño cada tres meses para realizarse una revisión completa que incluye, entre otras actuaciones, la realización de un ecocardiograma, revisión del propio dispositivo de asistencia ventricular y del desfibrilador, consulta clínica y quirúrgica, y un chequeo de baterías. Además, una vez a la semana una enfermera de atención primaria hace una limpieza del cable que conecta el dispositivo
interno a las baterías externas.
El equipo utilizado consiste en una bomba de flujo axial HeartMate II, accionada de forma electromagnética y compuesta por un motor-bomba, cánulas de entrada y salida, y una unidad de control. Esta bomba impulsa la sangre desde el ápex del ventrículo izquierdo -la punta del corazón- hasta la aorta. La turbina que contiene rota a una velocidad de entre 6.000 y 15.000 revoluciones por minuto y puede proporcionar de 8 a 10 litros de flujo continuo por minuto.

 

Todo se encuentra dentro del paciente y tan sólo un cable cruza la piel para conectarlo con la unidad de control, que funciona mediante energía de la red eléctrica o con dos baterías que le permiten una autonomía aproximada de unas 12 horas.

 

El paciente, que en la actualidad tiene 68 años, padecía antes de la intervención una miocardiopatía dilatada –el músculo del corazón no era capaz de contraerse eficazmente- debida a un infarto previo y no era
candidato a trasplante cardiaco por presentar insuficiencia renal no reversible y enfermedad pulmonar obstructiva crónica -EPOC- moderada. A pesar de cumplir de forma correcta con el tratamiento farmacológico a dosis máximas, su situación funcional era límite, con una mínima capacidad para realizar esfuerzos e ingresos recurrentes por insuficiencia cardiaca.

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