Río+ 20: una oportunidad para conseguir un desarrollo sostenible y justo

Río+ 20: una oportunidad para conseguir un desarrollo sostenible y justo

Del 20 al 22 de junio, los líderes mundiales se reunirán en Brasil durante la celebración de Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, lo que representa una oportunidad única para desarrollar y sentar las bases para un futuro sostenible para todos.

Las decisiones que se tomen en Río le darán forma a la agenda global de discusiones sobre el medio ambiente para la próxima década e incluso las posteriores. En 1992, durante la celebración de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, se adoptaron importantes iiniciativas, como la firma del Convenio sobre Diversidad Biológica y el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, además de poner en marcha el proceso para desarrollar el Convenio de Lucha contra la Desertificación. El mensaje esencial de esta reunión fue reforzado cuando los 193 Estados Miembros de la ONU se comprometieron, a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, a terminar con la pobreza, proteger la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En junio de 2012, Río + 20 evaluará lo que ha ocurrido desde entonces y qué nuevos pasos son necesarios para abordar los urgentes problemas de la seguridad ambiental, equidad y gestión de recursos.

Las crisis financieras mundiales actúan como un telón de fondo en esta Conferencia, pero Río+20 es la oportunidad que tienen los líderes para acordar un futuro sostenible para las próximas generaciones, que sitúe el bienestar de las personas como eje prioritario de la agenda global.

“Durante los últimos años hemos visto cómo el mal manejo y la gestión imprudente del capital financiero mundial han causado estragos en la sociedad y, aún así, tratamos al capital natural finito de la Tierra de una manera peligrosamente similar”, dijo Jim Leape, Director General de WWF Internacional. “Río+20 necesita plantear un nuevo curso para la economía global, preservando el capital natural necesario para garantizar el alimento, el agua y la energía para el futuro”.

Alimento, agua y seguridad energética para todos

El debate sobre la relación y el acceso a los alimentos, el agua y la energía será central en las discusiones en Río. A pesar de algún tímido progreso desde la Cumbre de la Tierra en 1992, son pocas las soluciones encontradas para las amenazas ambientales. La prueba se desprende del último Informe Planeta Vivo de WWF que muestra cómo seguimos abusando de los recursos de nuestro planeta y recuerda la importancia de una reacción inmediata por parte de los países para reducir un peligroso e incesante impacto ecológico.

Los servicios básicos no están disponibles para una gran parte de la población mundial: cerca de 900 millones de personas carecen de acceso al agua apta para cubrir sus necesidades elementales; 2.600 millones carecen de servicios sanitarios y agua potable; cerca de mil millones padecen desnutrición; y 1.500 millones no tienen acceso a fuentes renovables de energía. Las demandas de alimento, agua y energía siguen incrementándose mientras el cambio climático y el crecimiento demográfico siguen cobrando sus costes.

Las interrelaciones entre alimento, agua y energía son múltiples. El aumento necesario en la producción de alimentos para satisfacer a la demanda de la población mundial requerirá de más energía y agua. Asimismo, la producción de ciertas formas de energía requiere de agua y, finalmente, la obtención de agua apta para el consumo requiere de la suficiente energía para potabilizarla y luego distribuirla. El cambio climático –causado por nuestro uso no sostenible de combustibles fósiles y la deforestación – afecta la producción de alimentos y la disponibilidad de agua.

WWF señala la necesidad de mejorar el manejo de los recursos naturales del mundo, incluyendo además la protección de los sistemas de agua dulce, una reducción de los residuos remanentes de la producción y distribución de los alimentos y un uso más racional y responsable del agua, la tierra y otros recursos naturales. Necesitamos un compromiso político y un marco regulatorio más fuerte para realizar estas transformaciones.

WWF propone que para 2030 todas las personas tengan acceso a los alimentos, al agua potable y las energías seguras. Estos objetivos ambiciosos se sustentan en las siguientes consideraciones sociales, económicas y ambientales:

- acceso económico y justo a un suministro de alimentos seguro,
- inversión adicional y políticas de promoción de una agricultura y una producción sostenible de alimentos,
- correcto manejo de los ecosistemas de agua dulce y los sistemas sanitarios,
- acceso económico y justo al agua potable y los sistemas sanitarios, y
- políticas que garanticen el acceso sostenible a la energía para todos hacia el 2030, un mix energético global que incluya al menos un 40% de energías renovables y sostenibles que beneficien fundamentalmente a aquellos que viven en situaciones de pobreza.

Es necesaria una acción urgente para proteger nuestro planeta y transmitir una visión creíble y un plan para un futuro sostenible. De Río+20 debe surgir un acuerdo sólido y ambicioso con objetivos y plazos claros.

Qué más espera WWF


Valorar la Naturaleza

Río+20 ofrece a los líderes una oportunidad fundamental de reconocer y considerar mejor el valor del capital natural en nuestro desarrollo económico global. Tenemos que “medir lo que atesoramos”:

Objetivos de un Desarrollo Sostenible

WWF coincide con que el concepto de Objetivos de Desarrollo Sostenible sea un instrumento para abordar los desafíos críticos e interdependientes incluidos en la agenda hacia el 2030. Estos nuevos objetivos deberían considerar varias áreas prioritarias como océanos, alimento, agua y energía y sus situaciones en todos los países. Además estos objetivos serían los parámetros de sostenibilidad y deberían clarificar la interdependencia de las tres dimensiones del desarrollo sustentable: la económica, la social y la ambiental.

Estos objetivos seguirían los postulados de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que terminarían en 2015. Ellos tendrían que tener plazos reales para su cumplimiento, lo cual implica solucionar el problema de los alimentos, el agua y la energía en el contexto de un ambiente global sano, y tener indicadores que los países puedan poner en práctica de acuerdo con las distintas realidades nacionales.

Subvenciones dañinas


Todas las subvenciones que afectan negativamente al ambiente deberían ser eliminadas. En particular aquellos que estimulan la producción y uso de combustibles fósiles o la agricultura y pesca no sustentables. Estos procesos de eliminación deberían incluir informes y reseñas anuales transparentes y establecer la eliminación total, con plazo inamovible, en el año 2020.

 

FOTO: MSF/Somalia © Albert Viñas

 

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