Ya lo dice el refrán: El que fue a Sevilla perdió la silla. Y eso debió de pensar el senador electo más votado de Asturias en las últimas elecciones generales, Isidro Fernández Rozada, baluarte inexpugnable del Partido Popular, cuando tras llevar una semana en el Centro Médico de Oviedo por problemas estomacales se fue para Madrid, envuelto en una manta con su hijo como conductor, de tal manera que mi espía preferida, la XPXIII, me confirmó que sobre las 18,00 horas pasaba el túnel del Guadarrama ya que su ilusión es la de asistir mañana a las 9,00 horas a la constitución de la Cámara Alta que presidirá su compañero Pío García Escudero, que por nada del mundo, y menos por una infección de quítame allá ese suero, se iba a perder el acontecimiento, él que es muy posible que Mariano Rajoy vuelva a acordarse de su persona y le designe para uno de los puestos de secretaría en la Mesa del Senado. Cuando Mariano Rajoy le colocó a la cabeza de los candidatos populares al Senado en Asturias, obviando a Gabino de Lorenzo, Ovidio Sánchez y demás, el ya senador Isidro Fernández Rozada fue como si aspirara la fuerza del destino hasta el punto que no piensa permanecer esta legislatura como comparsa y hasta sueña, me consta, con la presidencia de HUNOSA que para eso es el sobrino de la tía Nemesia y de la cuenca.

El PP de Asturias deberá celebrar congreso regional antes de junio y en las bases se comienza a palpar un sentimiento de fuerte renovación. Dicen que Gabino de Lorenzo ya está amortizado y que Ovidio Sánchez ya tiene bastante con ir al palco del Bernabeu a ver como el Real Madrid pierde contra el Barca. El problema está en Isabel Pérez-Espinosa y en Fernando Goñi que aspiran a mas de lo que tienen, esto es, a dominar el partido en el Principado con el objetivo puesto en tumbar a Fran