Jorge y Patricia, de la normalidad a la calle en apenas cuatro años

Jorge y Patricia, de la normalidad a la calle en apenas cuatro años

Por Carmen Peláez/Oviedo.-Jorge y Patricia tenían una microempresa con 6 empleados, un piso que estaban pagando con su trabajo, un futuro y una vida normal y corriente que les hacía felices. Hoy, Jorge vive en la calle y hace huelga de hambre en la ovetense plaza de La Escandalera frente a la sede de una entidad bancaria mientras su mujer y su hija pequeña se refugian en casa de unos amigos.

Su historia es una mas de las cientos de ellas que se conocen cada día en España. ¿Se llevó la crisis su vida por delante? Hay quien cree que no. Fueron las empresas que dejaron de pagarle su trabajo, las que emitieron pagarés que no pudo cobrar y que siguen funcionando mientras su vida se colapsó.

 

"He ganado al menos dos juicios contra estas empresas, luego ya no te queda dinero para seguir pleiteando y las empresas operan con nombres distintos, que es como creemos que se libran", afirma Jorge. Sabe recitar de memoria los nombres de las suyas, "Mifersan, cuyo presidente es Alberto Fernández, me adeuda 60.000 euros; la empresa de Felechosa, me debe 8.500 euros y Ader, cuyo presidente es José Luis Ordaz, otros 8.000 euros mas".

 

"Yo era autónomo y tenía seis empleados", relata Jorge desde la carpa que le sirve de techo durante la huelga de hambre que lleva a cabo desde hace casi un mes, "las empresas para las que hacíamos transportes nos pagaban con pagarés a dos meses". Cuando empezó a no poder cobrarlos "con los ahorros pagué a los trabajadores para no perjudicarles y pedí la bajada de la cuota de la hipoteca a cambio de los pagarés que entonces valían 15.000 euros, pero la abogada del banco me dijo que no".

 

Lo intentó otra vez al mes siguiente, y también una tercera y una cuarta vez, pero la respuesta de los servicios jurídicos de Cajastur fue siempre la misma, "que no podía ser".  Así la vivienda que le costó 119.000 euros en el año 2006 "y que el propio banco tasó en 169.000 en 2008 tras unas obras de reforma que le hicimos", fue subastada dos años mas tarde tras ser valorada en 49.000 euros. "De repente, nuestra casa era tasada en 100.000 euros menos y además nos dijeron que podíamos asistir a la subasta pero llegamos un cuarto de hora antes del inicio de la misma y allí no apareció nadie", explica, "a la media hora nos dijeron que ya había sido subastada; creemos que se hizo por teléfono porque allí no fue nadie".

 

Jorge y Patricia fueron desalojados de su casa el pasado 27 de junio pese a la manifestación ciudadana y de colectivos como 'Stop Desahucios' en una acción que se saldó con 20 detenidos y algún herido leve. Ahora Jorge permanece en huelga de hambre frente a la entidad bancaria a la que demanda que admita la dación en pago para poder iniciar una nueva vida, o seguir con la suya, "estamos entre la espada y la pared; sin piso y nos reclaman 108.000 euros, de la hipoteca mas los gastos".

 

Jorge no entiende para que le sirve a un banco hacerse con los pisos de la gente que no los puede pagar, "sacarían mas si nos los dejaran en alquiler, así al menos cobrarían algo", razona. Ideas parecidas son las que se expresan entre las personas que se acercan incesantemente a la carpa para mostrarle su apoyo y firmar la iniciativa legislativa popular para la regulación de la dación en pago, la paralización de los desahucios y el alquiler social. Son muchas las firmas, ya rondan las 5.000, "porque mañana yo puedo estar como tú", le dice una señora al estampar su firma en los impresos.

 

Mientras espera una respuesta de la entidad bancaria a su petición de reunión, Jorge ya se ha puesto en contacto gracias al apoyo del colectivo 15M de Oviedo con los diferentes grupos políticos de la región- todos ellos con representación en el Consejo de Administración de la entidad financiera-  para que presionen para que se ponga en marcha la dación en pago, algo que todos los partidos políticos llevaban en su programa electoral en las pasadas elecciones excepto el Partido Popular.

 

Los días pasan, lentos, cuando se está en la calle y en huelga de hambre. Jorge Cordero se alimenta de líquidos desde hace ya casi un mes y aún conserva fuerza y entereza para seguir intentándolo, "llegué a este país en el año 2000 y cree trabajo, riqueza, no mandé nada de lo que ganaba fuera, si no que lo reinvertí en la empresa, todo lo que tengo está aquí".


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