El CSIC presenta en la COP25 siete empresas de base tecnológica

El CSIC presenta en la COP25 siete empresas de base tecnológica

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presenta esta semana en la Cumbre del Clima de Madrid COP25 siete empresas de base tecnológica (EBT) para afrontar los desafíos del cambio climático.

 

Se trata de empresas que desarrollan baterías para vehículos eléctricos; enzimas para la síntesis de compuestos industriales y para la degradación de plásticos; dispositivos para la generación de energía mecánica, concentradores solares y sensores y dispositivos sin pilas tradicionales, así como tecnologías para el reciclado de fibras de carbono y de cristal de palas eólicas, aviones y barcos. Las empresas se presentan en el stand del CSIC en la zona verde de la COP25, en el pabellón 1 de Ifema, en Madrid.

 

EvoEnzyme es una empresa con tecnología de investigadores del grupo del investigador Miguel Alcalde, del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica, que desarrolla enzimas a la carta con aplicaciones medioambientales, para la síntesis de compuestos de interés industrial, y también enzimas para la degradación de plásticos. EvoEnzyme ha ganado el premio revelación a la mejor start-up de 2019 en el tercer certamen Inspring Women Leaders in the Digital Era, y del primer premio Healthstart, concedidos por la Comunidad de Madrid y que premian la innovación.

 

Energiot es una empresa de investigadores del Instituto de Microelectrónica de Barcelona que desarrolla dispositivos de generación de energía mecánica que obtienen del ambiente, por lo que no necesitan baterías adicionales. Energiot ha ganado el Fondo Repsol Emprendedores y han sido finalista del programa Knowledge and Innovation Communities (KIC) Innoenergy Awards. Además, Gonzalo Murillo, promotor de Energiot, fue elegido por la revista MIT Technology Review como uno de los Most Novel Innovator under 35.

 

Earthdas es una empresa del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología que desarrolla baterías basadas en grafeno como solución para vehículos eléctricos. Sus baterías son más baratas y ligeras, y permiten una carga más rápida que las soluciones actuales. Proponen un método basado en el potasio, más abundante que el lito, con el objetivo de contribuir a la democratización de los vehículos eléctricos. Algunas de sus baterías se pueden encontrar en el servicio público de bicicletas de Barcelona.

 

Thermal Recycling of Composites es una empresa con tecnología desarrollada por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas que se centra en el reciclado de composites, enfocada actualmente en el reciclaje de fibra de carbono y de cristal de palas eólicas, aviones y barcos. La empresa ha ganado recientemente la Mundial Competition Nautic Tech International Investment Fund, del Salón Náutico de Barcelona.

 

Thermal Cooling Technology es una empresa que utiliza tecnología desarrollada por investigadores del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja. Entre sus logros cuenta con una parábola solar inteligente que concentra al máximo la luz solar y la aprovecha con más eficiencia, y cuenta también con un sistema de refrigeración más eficiente que permite alternativas ecológicas que reducen la emisión de CO2 para sistemas de calefacción y refrigeración, tanto particulares como industriales.

 

Fuelium es una empresa con tecnología diseñada por investigadores del Instituto de Microelectrónica de Barcelona, cuyo desarrollo comenzó a partir de un proyecto de la Fundación Bill and Melinda Gates. Fuelium busca desarrollar sensores y dispositivos biodegradables que no necesitan pilas tradicionales; su tecnología está basada en papel y permite un diagnóstico médico rápido. Ha sido finalista del Fondo de Emprendedores Repsol.

 

D-Medida es un proyecto de empresa liderado por investigadores del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja que busca desarrollar protocolos y tecnología para validar la descontaminación fotocatalítica del aire; que ayuda a reducir los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos voláties, y por tanto el ozono, formado como contaminante secundario. La empresa ha trabajado conjuntamente con el Ayuntamiento de Madrid en la validación de sus prototipos.

 

Las llamadas Certificaciones Energéticas sirven para medir el nivel de consumo de las viviendas. La clasificación varía en función del tipo de energía utilizado en determinada vivienda.
Si la etiqueta indica la letra G, esto significa que la vivienda tiene un consumo energético anual muy elevado que se mide con kWh/m². Al contrario, si la etiqueta indica la letra A, el consumo energético anual resulta ser mucho más bajo.
El desperdicio de energía suele resultar en un gasto de energía demasiado elevado para el nivel de consumo de un hogar. De este modo, el gasto de dinero es igualmente demasiado elevado y no corresponde tampoco a lo que tendría que pagar verdaderamente el que vive dentro del inmueble.

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