Tamagordas, en Illano, el vigía del medio Navia.

Tamagordas, en Illano, el vigía del medio Navia.

El pequeño núcleo rural, perteneciente a la parroquia de Herías, es un claro ejemplo del abandono rural en el Principado de Asturias.    

 

En el oeste occidental del Principado de Asturias, ubicado en el curso medio del río Navia, abarcando su territorio ambas orillas del río, se encuentra el pequeño municipio de Illano. Con un censo poblacional a 2018 de 352 habitantes, equivalente al 0,04 % por del total, es el segundo menos poblado, y está en el puesto treinta y cuatro en cuanto a extensión, con 102,70 kilómetros cuadrados, de los 78 que integran el Principado. Sus límites territoriales son con Boal, al norte; Pesoz y San Martín de Oscos, al sur; al este con Allande, Boal y Villayón y al oeste con Castropol y Villanueva de Oscos, formando parte del denominado “Parque Histórico del río Navia”.

Vertebrado en cinco parroquias: Illano -dónde se encuentra la capital municipal- Bullaso, Gio, Herías y Ronda, su vía de acceso principal al municipio es por la carretera AS-12, que comunica los municipios y capitales de Navia y Grandas de Salime.  A la de Santa María de Herías, situada en la orilla oriental derecha del río Navia, abarca las aldeas de Herías, Cernías, Estela, Navedo, Sarzol, Río del Villar, Riodecoba y Tamagordas. Parroquia que hasta el año 1954 perteneció al vecino municipio de Allande, del que solicito su segregación y pertenencia al de Illano, por las falta de comunicaciones con el mismo, junto con los pueblos de Tamagordas, Estela y Ribodecoba, que por entonces pertenecían a la de San Emiliano en Allande.

A ella se accede a través de la carretera BO-3, con inicio en la localidad de Doiras, perteneciente al municipio de Boal, que atravesando el embalse al que le da su nombre, el primer salto de los tres existentes en el río construido en los años treinta del siglo pasado, concluye en la localidad de Tamagordas.

 

 

 

 

La sinuosa comunicación después de superar el enlace con el puente sobre el río Ciyua, en la Baboreira, perteneciente ya al concejo de Illano, atraviesa los territorios de Bullaso, Sarzol, Herías, Cernías, Estela y Tamagordas. Este, es el último de los núcleos de la parroquia y el ubicado más al este  de todos los del municipio. 

 

 

                                                                                                        

 

 

En él acaba la carretera asfaltada, a la que da continuidad una pista de tierra construida en mayo de 2009 que concluye en San Emiliano, ya perteneciente al municipio de Allende, en el linde con el de Grandas de Salime, de cuya capital le separan 15 kilómetros.

 

 

                                                                                                     

 

Ubicado a 426 metros de altitud, dividido en dos barrios: el la vila d´arriba y la vila d´abaxo separados por la carretera, es desde inicios del siglo veintiuno un pueblo totalmente deshabitado de forma permanente, desde que sus últimos habitantes, Clementina y Federico, se fueron a vivir a Avilés.

 

 

                                   

 

 

Sin embargo la aldea conserva la gran parte de sus casas en perfecto estado, muchas de ellas con una profunda rehabilitación, gracias al esfuerzo de sus anteriores habitantes o de sus descendientes. Once son en total las edificaciones que de forma esporádica están ocupadas, nueve en la vila d´abaxo y dos en la de arriba, pertenecientes a miembros de varias familias, en la que la de los Villabrille son los más numerosos.

 

                                   

 

 

Igualmente en perfecto estado de conservación se encuentra la pequeña ermita que se encuentra bajo la advocación  de Nuestra Señora del Buen Suceso, que alberga su imagen escoltada por las de San Antonio y Santo Domingo, marcadas por el paso del tiempo.

 

 

                                   

 

A la que primigeniamente festejaban la tercera semana de septiembre y desde inicios del siglo –con el pueblo ya totalmente deshabitado- lo hacen el último fin de semana de junio, gracias al altruismo de la familia Villabrille.

 

 

                                     

 

 

Al igual que gran parte de los 28 núcleos habitados que llegó a tener el concejo, esta apartada localidad del Parque Histórico del Navia, encierra una riqueza arquitectónica, etnografía y paisajística digna de ser conocida y sobre todo de ser mantenida. Ubicada en una saliente loma es todo una vigía del curso medio del río, dominando desde el pico de la Cruz, su punto más alto con 664 metros de altitud,  varios kilómetros del mismo y de su entorno.

 

 

 

 

En él quedan los restos de pilares de los que posiblemente sea una pretérita torre, que por su ubicación, y por los diferentes castros y restos megalíticos que se conservan en  la cuenca del Navia, para nada parece descabellado que Tamagordas fuese uno de sus puntos de vigilancia.

 

 

                                           

 

 

Pico que en las últimas décadas fue excavado por fines desconocidos para sus antiguos habitantes, cuyas laderas cobija una auténtica reliquia natural, un bosque de alcornoques centenarios, único en por sus dimensiones y antigüedad en el Principado de Asturias, que convive con otras especies arbóreas típicas de la zona. Su sola visión bien merece una escapada al recóndito lugar.

 

                                        

 

 

 

Reliquia natural, que convive con un claro ejemplo de arquitectura rural de supervivencia, el denominado “Couso los llobos”, aunque en el libro “Os foxos de lobo. A caza do lobo na cultura popular” editado por la editorial Canela, en 2010, lo denominan “Couso de cabrita”. Ubicada encima de la vila d´arriba, enfrente del pico la Cruz, con unos metros menos de altitud, es una antigua trampa para atrapar lobos. Realizada con piedras, de forma circular, que va desde la parte superior a la inferior, con una sola entrada en su parte más alta, en la que en el fondo se ponía una oveja o cabrita herida o vieja como cebo para que los lobos accediesen a ella y poder abatirlos. Impensable en estos tiempos, pero la sabiduría humana siempre busco alternativas de supervivencia para él y sus propiedades. Construcción que se conserva en muy mal estado, tomada por la vegetación y de difícil acceso.

 

 

 

 

El sustento económico de la localidad fue pretéritamente de la ganadería y de la agricultura, con un peso significativo de la actividad vitivinícola, dado el alto número de viñedos que tenían los lugareños en las laderas del Navia, como muestra que la fiesta del pueblo se celebraba una vez recogidas las uvas y fermentado el vino. Viñedos que aún perviven en alguno de las aldeas cercanas, estando el municipio incluido en la Denominación de Origen Protegida Vino de Cangas.   

Si el apartado Illano es un concejo de los más desconocidos del Principado, Tamagordas no podía ser menos. Naturaleza agreste, con importantes bosques de especies autóctonas; especies de ribera que componen parajes inigualables, en algunos casos de aspectos mágicos; restos de antiguas civilizaciones; rica etnografía y arquitectura rural; auténtico remanso de paz, que justifica ampliamente el eslogan municipal: “Illano, el silencio verde” y cuya/s visita/s recomiendo, seguro no se arrepentirán.  

 

 

 

MÁS INFORMACIÓN: www.dendecaguelu.com  

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