Carta a los Reyes Magos

Hace muchos años que escribo la carta a los Reyes Magos, demasiados. La verdad es que sin grandes resultados.  Me hacían más caso cuando era pequeño. Desde que me enteré de que los Reyes Magos eran los padres por delegación expresa de los propios Reyes, que, ya mayores, no podían atender con la debida diligencia a todos los niños del mundo, mis deseos se quedan en eso, meros deseos, quizá porque con el tiempo me he vuelto ambicioso.

Mis aspiraciones transcienden lo meramente material y mis anhelos pretenden un mundo mejor, en paz, solidario, en el que todos tengan igualdad de oportunidades, pero siempre con respeto al mérito, la capacidad y el esfuerzo, en el que el interés personal se doblegue ante el interés público, en el que se respeten la Constitución y las leyes, en el que nuestros gobernantes sean honrados.

Quizá estoy pidiendo demasiado y quizá, también, me estoy equivocando de destinatario, al menos en este año. Al igual que los Reyes Magos delegaron en los padres para que todos los niños pudieran tener su regalo, cabría pensar que los propios Reyes han delegado en cada uno de nosotros para que, cada cuatro años, con nuestro voto, sentemos las bases de ese mundo mejor al que, sin duda, todos aspiramos.

Creo representar a un buen número de ciudadanos electores si formulo las siguientes peticiones: - Que Sánchez convoque elecciones generales.

- Que Dolores Delgado sea destituida como ministra y se le abra expediente por el Consejo General del Poder Judicial.

- Que se modifique la ley electoral para impedir que los partidos nacionalistas tengan representación en el Congreso de los Diputados.

- Que se modifique la Constitución para suprimir los derechos históricos y cerrar definitivamente el diseño del Estado autonómico.

- Que se suprima el cupo vasco.

- Que se mantenga la prisión permanente revisable.

- Que se defienda la unidad de España y se aplique la ley a quienes pretenden romperla.

- Que se deje de financiar a los separatistas.

- Que se respeten la bandera y el himno nacional.

- Que se supriman las desigualdades entre comunidades autónomas.

- Que los políticos se jubilen como el resto de los empleados públicos.

- Que los políticos recuerden que la demagogia es la corrupción de la democracia.

- Que los políticos recuerden que la presión fiscal tiene un límite que, sobrepasado, genera pobreza.

- Que los políticos recuerden que la democracia es el gobierno de lo público en público.

- Que los políticos recuerden que Cataluña no tiene remedio: hasta Ghandi habría fracasado.

- Que se aplique la máxima «un político, un sueldo».  

- Que los partidos hagan públicas sus cuentas y las pongan a disposición de los ciudadanos.

- Que los partidos políticos se financien con las aportaciones de sus afiliados.

- Que se resucite a Montesquieu y su división de poderes. - Que las mujeres no vean limitada por los cupos su presencia en los distintos sectores de la sociedad y las instituciones.

- Que se cree empleo para todos.

- Que el personal eventual deje de tener la condición de empleado público.

- Que se modifique la Ley Orgánica del Consejo de Estado eliminando la posibilidad de que los expresidentes del gobierno sean consejeros natos.

- Que se preste la ayuda necesaria a los dependientes y a sus familiares.

- Que se garantice el importe de las pensiones y su revalorización.

Mayo está a la vuelta de la esquina. De nosotros depende conseguir que se hagan realidad algunos de estos deseos para que las únicas salidas de los españoles dejen de ser por tierra, mar y aire.

Entretanto, recordemos como máxima para el año entrante que «hacer lo que nos gusta es libertad; que nos guste lo que hacemos, felicidad».    



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