Una golondrina no crea primavera

Dice el refrán que una golondrina no crea primavera, pero un montón, sí; es lo que deben de hacer los pensionistas en su lucha por unas retribuciones más justas y acordes con la carestía de la vida, unirse y luchar. Digo esto porque cansados de recibir año tras año un incrementos mensual del 0,25 por ciento, mientras los políticos bien que aumentan sus sueldos, los pensionistas se le están subiendo a las barbas del Gobierno de Mariano Rajoy, impulsados, por fin, por los sindicatos de clase que a buenas horas mangas verdes se acuerdan ya de ellos.

El próximo domingo, en Gijón, a partir de las 12,00 horas, saliendo de la zona de El Bibio, o sea, de la plaza de toros, habrá otra gran manifestación convocada por UGT, CCOO y FAMPA, la Federación de Mayores del Principado que preside con eficacia y dedicación la viuda Dolores San Martín y que agrupa a 101 asociaciones de jubilados en el Principado lo que suma un total de 70.000 afiliados, fuerza social, por tanto, muy importante a la hora de acudir a las urnas cuando dentro de un año haya que votar para ayuntamientos y Junta General del Principado.

El domingo, pues, habrá miles de pensionistas protestando contra la política de un gobierno al que acusan de cicatero y economicista. La centenaria y "Maricuela" leerá un manifiesto reivindicativo solicitando un sistema que garantice unas pensiones dignas. Las pensiones públicas son un derecho que reconoce la Constitución en el artículo 50; un derecho que se mantiene gracias a la contribución de la ciudadanía; un derecho que el Estado debe velar por su mantenimiento. Según se dice en el manifiesto suscrito por los sindicatos y la Federación de Mayores del Principado desviar este derecho al sector privado como propone el Gobierno central supondría que dejase de ser un derecho de todas las personas y ello no es decente, ni moral, ni justo. Como dicen los dirigentes de las asociaciones de jubilados la lucha solo acaba de comenzar, veremos a ver a donde llega. El Gobierno en un esfuerzo para intentar apagar este movimiento reivindicativo y peligroso para sus intereses ha introducido a última hora determinadas mejoras para grupos de pensionistas, para las viudas, por ejemplo, en el proyecto de los presupuestos generales del Estado a punto de ser debatido en el Congreso. Si sale adelante será un paso para esa revalorización que ahora inicia tímidamente y por lo bajinis Cristobal Montoro quien hábilmente pasa la pelota a la oposición, pero difícil tiene el ministro de Hacienda evitar el penalti de la reprobación.

El jefe local del Partido Popular de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo se despidió hoy en Madrid del secretario de organización de su partido Fernando Martínez-Maillo informándole que al estar imputado no encabezará la lista municipal de Oviedo el próximo año. La baronesa popular de Asturias, o sea, Mercedes Fernández ha cogido con fuerza la escoba de barrer y no creo que repita concejal alguno de los once actuales. El objetivo del PP es recuperar la alcaldía de Oviedo, bien con mayoría absoluta, muy difícil, bien con el apoyo de Ciudadanos. Si yo fuera ella, Dios no lo quiera, haría una oferta seria y sin cortapisas al presidente el Centro Asturiano de Oviedo Alfredo Canteli, que aún está en edad de merecer, políticamente hablando, y que goza de un gran prestigio como gestor en la ciudad. Ya en su día quiso ficharle Gabino de Lorenzo pero no como capitán sino como sargento raso y, claro, Canteli no tragó. El problema para esta derecha asturiana es que de aquí a trece meses habrá enfrentamientos internos por la confección de listas, principalmente en Oviedo, Gijón y Avilés. De momento Mercedes Fernández ha ganado su primera batalla defenestrando a Gabino de Lorenzo de la delegación de Gobierno y colocando en ese despacho a una persona de su absoluta confianza, el ex concejal de Gijón Mariano Marín. Claro que ganar una batalla no es ni mucho menos ganar la guerra.



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