“Se busca gato siamés negro…”

Lo más difícil de un escrito es su título y a mí, en el día de hoy, en una de esas mañanas tristes del otoño astur, una farola mensajera , con letra legible y protegida con abundante celo, que pedía colaboración y ayuda, me dijo :” Se busca gato siamés negro…” Leer el cartel y pensar en Puigdemont fue todo uno. El subconsciente juega malas pasadas. Lejos de mi querer comparar al prócer catalán   con un gato, siamés y menos negro…pero la contaminación informativa produce efectos como el descrito. No me extraña que Remigio, el portavoz de la Asociación de Vecinos  haya presentado una demanda de “Daños y perjuicios” por la contaminación acústica y visual padecida  desde los últimos meses y siempre a la misma hora, a las 21:00 , en su casa, y es que cuando se rellena en su sofá para ver el Telediario de la 1 , es siempre el mismo tema y el mismo personaje.

Siempre he dicho que la política debe ser sentido común, coherencia y que siempre es bueno que el político sea predecible, que sepamos que va a hacer, lo que podemos esperar de él, pero a raíz de los últimos acontecimientos y después que la propia realidad y la misma naturaleza sean altivas, cambiantes y mutantes, me han entrado serias dudas  y es que cuando tenemos una “cosechona” de manzana, tenemos “castañas” encogidas. Disminuye la población de niños (12.300 escolares menos en los últimos cinco años), aumenta la de perros y gatos, y últimamente la de jabalíes. La Universidad, institución cultural por excelencia, hace la gran aportación con los baños “unisex”…y mientras las palabras siguen jugando a lo suyo, a la verdad, belleza y mentira, según con que finalidad se usen, y así  de “atacar” a “acatar” la Constitución, no pasa ni una  décima de segundo. Si esto no fuera poco, el cambio climático hace de las suyas. Llevamos varios años sin invierno – la Cabalgata de Reyes en la terraza del café - . Los pantanos sin agua y el Paraíso de verde se torna marrón, color tierra, ceniza . El plumero de la Pampa sigue su expansión y si esto no fuera poco, el 15 de octubre - lo nunca visto- no quería amanecer, y el blanco crudo de Marte tardó en desaparecer, en irse.

 Ante una realidad tan cambiante e insegura llega uno a plantearse si la información y cultura recibida a lo largo de la vida es sólida, estable y útil. Si lo que es normal es normal o si el depende y las circunstancias deben llegar a todos los ámbitos de la vida , si la verdad tiene su territorio o todo es comunal, mentira, capricho  o deseo. Digo todo esto porque me da la sensación que estamos legitimando aberraciones que no se ajustan a razón. Decimos respetar la naturaleza, pero no sus leyes genéticas, no su proceso de nacer, vivir y morir, y todo ello en nombre de un mundo virtual, no real, donde hombre y mujer genéticamente no existen como tales y donde de vez en cuando ponemos velas y flores para combatir  el mal, la locura, el terror.

Si a mi edad me vienen estas preocupaciones, ¿qué pasará por la cabeza de nuestros jóvenes en este mercado persa donde la única norma de conducta es el interés, el beneficio, la manipulación,  el engaño, el  supuestoéxito?¿Cuándo retornaremos al hombre, al ser humano? Ayer responsables socialistas como el Sr. Tezanos y el Sr. Barbón nos ofrecieron un bello titular de prensa: “El futuro del socialismo es el nuevo humanismo” ¿De verdad? Suerte en el intento, pero lo de “nuevo” abre las alarmas. ¡Veremos!

Nunca es tarde para buscar el gato siamés negro y desde estas líneas me comprometo a ayudar, a colaborar en su búsqueda-el gato siamés es impaciente y leal. Carles, de leal tiene poco-, pero tengo que confesaros que apenas concluya estas líneas, escribiré  un enorme cartel, con letra grande y legible, para colocar en un lugar visible y transitado con las siguientes palabras: “Se buscan hombres que tengan conciencia para desempeñar cargo público, aunque no sepan inglés…”



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