Los políticos de este país son una kk

Los intranquilizantes y vergonzosos acontecimientos acaecidos en Cataluña nos han permitido percibir esa oscura, fétida y nauseabunda arista de algunos políticos españoles.

Un delincuente perturbado como el playmobil Puigdemont, al frente de una banda de trogloditas, de profesión «agitadores», ha puesto en jaque a todo un país, incapaz de reaccionar ante tamaño desafío. ¿En que nación que se precie el cabecilla de un golpe de Estado sigue en libertad marcando los tiempos?

Frente a él, un Presidente del Gobierno obsesionado en contar con el apoyo de un insensato en estado puro como es Pedro Sánchez.

Un Presidente del Gobierno que permite que la Policía Nacional y la Guardia Civil sean acosados por los delincuentes.

Un Presidente del Gobierno que tiene sumidos en el más absoluto abandono a más de cuatro millones de catalanes no independentistas.

Un Presidente del Gobierno acostumbrado a que los problemas se resuelvan solos, olvidando que en el caso catalán cada día que pasa sin hacer nada, la situación empeora.

Un Presidente del Gobierno en modo «gallego» en el sentido más peyorativo del término (¿dónde está Rajoy?: no sé, depende, ¿por qué lo pregunta?).

Hasta el Rey, en su atinado discurso que excluye, también acertadamente, el diálogo, le invita a actuar.

¿Responderá esta inacción a una estrategia? Ojalá sea así.

Junto a él, o mejor frente a él, un peligro con patas, un imprudente, un demagogo recalcitrante llamado Pedro Sánchez que considera que la solución del problema pasa por negociar con el golpista, a la vez que critica la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El día en el que este sujeto fue reelegido Secretario General del noble y leal PSOE merece ser anotado en el calendario como uno de los acontecimientos más negros y aciagos de la historia reciente de España.

Qué decir de Pablo Iglesias. Su sola presencia en los medios produce arcadas democráticas. Insensato, provocador, mentiroso compulsivo, tergiversador, agitador de masas, manipulador. Lo peor de la clase política.

Los jueces y fiscales de Cataluña ni están ni se les espera. Menos mal que nos queda la Audiencia Nacional. Trapero investigado por el delito de sedición. ¿No habría que investigar también a su jefe? Después dicen que la justicia es igual para todos. Esperemos que no se acobarden.

En el ámbito deportivo, la presencia de Piqué en la Selección Española es una burla y una afrenta a la ética y a la estética. No debería permanecer ni un día más, aunque el triunfo dependiera en exclusiva de él. La dignidad por encima del éxito.

El Tribunal Constitucional, ausente, y cuando interviene hace el ridículo. La suspensión de un pleno aún no convocado además de ser pretempestiva será inoperante. Bastará cambiar el enunciado del orden del día para que no surta efecto.

¿Y Europa? No debe importarnos la opinión de Europa. No hay un solo país europeo que pueda darnos lecciones sobre derechos humanos después de haber visto cómo tratan a los refugiados.

Y negociación nunca. Primero porque la aplicación de la ley no es transaccionable y segundo porque con los delincuentes no hay pacto posible. ¿Qué hubieran opinado Pablo Iglesias y sus compinches si en el 23F alguien hubiera sugerido negociar con el Teniente Coronel Tejero? Lo de la Iglesia, clama al cielo, nunca mejor dicho. Zapatero a tus zapatos.

Lo repite un wasap que circula estos días por la red cuyo enunciado corresponde a Maquiavelo en El Príncipe: «El que tolera el desorden para evitar la guerra tiene primero el desorden y después la guerra».

 



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