Mariano I el Breve (crónica de un desastre anunciado)

  El título del presente artículo “MARIANO I EL BREVE” (Crónica De un desastre anunciado), no pretende originalidad, entre otras razones por haber sido utilizado anteriormente por varios autores y entre ellos quien esto escribe, como tampoco su contenido descubre ninguna novedad sobre lo ocurrido  a lo largo de esta confusa etapa 2011-2015.

 

     Para Mariano Rajoy, la posibilidad de no alcanzar una segunda legislatura como lo hicieron todos sus antecesores en el cargo: González (PSOE), Aznar (PP) y hasta incomprensiblemente,  el negado e iluminado Zapatero (PSOE), considerado como el peor presidente desde la implantación de la democracia en nuestro país, constituiría todo un drama el mayor fracaso de su ya dilatada carrera política.


 

     Lo sucedido el pasado domingo 24 a efectos electorales, en general no representa ninguna sorpresa y no solo por la información facilitada en las múltiples encuestas publicadas. Que el PP fuese el partido más votado en ciudades con menos de 150.000 habitantes era lo esperado, pero nadie imaginaba la pérdida de poder municipal en urbes como Madrid, Valencia, Sevilla o Barcelona y otras capitales, o bien lo sucedido en CC.AA. como Madrid, Valencia, Aragón y Baleares, tradicionalmente feudos del PP, donde no se han logrado mayorías suficientes para gobernar. Esa y no otra es la pura, cruda y dura realidad.  Frases como la pronunciada por Carlos Floriano alegando el triunfo del Partido Popular mueven a la hilaridad o bien deben tomarse como una mamarrachada más de este inane político.


 

     Ahora los “voceros peperos”, que para eso cobran, repetirán hasta la saciedad la consigna recibida de que “el PP ha sido el partido más votado”. Tal argumento sin faltar a la verdad, no pasa de ser un burdo consuelo que de poco sirve y menos convence. Cualquier votante, con limitarse a comparar los resultados del 24-M con lo sucedido hace cuatro años podrá constatar la realidad.


 

     No ha lugar el negar que el triunfador de los comicios autonómicos y municipales ha sido Pablo Iglesias con “Podemos” más las marcas afines. Siendo muchos los dolidos, sufridos y resentidos ciudadanos quienes hábilmente conducidos por este líder de izquierda, podrán gobernar en ayuntamientos tan señeros como el de Madrid y a su vez serán pieza clave para la conformación de otras mayorías en poblaciones y comunidades, destacando el triunfo de la coalición encabezada por Ada Colau en Barcelona.


 

     Que en términos marineros  España ha virado hacia estribor debido a la desafortunada gestión ejercida por los populares en este cuatrienio  no es para rasgarse las vestiduras ni asustarse ante un advenimiento de un Gobierno de signo contrario. El PP ha tratado de eludir sin éxito todos los temas de corrupción que tan directamente le afectan, intentando soslayarlos a golpe de información macroeconómica y apuntándose la creación de puestos de trabajo, pero los ciudadanos que sin ser rencorosos conservan intacta su memoria, conocen perfectamente quienes han creado empleo, es decir, los empresarios.


 

     La incorporación de los partidos llamados emergentes, obviamente influirán en el deseado y necesitado cambio, incidiendo a su vez en el control de los órganos de Gobierno a nivel central, autonómico y municipal, lo que mejorará e influirá sensiblemente a favor de la sociedad española.


 

     El fracaso encajado por el PP obedece a u8n conjunto de circunstancias si bien  habría que centrarse en tres aspectos: ausencia de de un verdadero discurso motivante, carencia de estrategias de comunicación adecuadas y erradicar la sensación de estar gobernados por un partido acribillado por la corrupción. La pasada campaña electoral como todas las anteriores, ha sido dura y plagada de inoportunas declaraciones, insultos y descalificaciones mutuas, y eso, a pesar de que los políticos no quieran entenderlo, desagrada al electorado y lo han practicado indiscriminadamente en todos los mítines buscando el aplauso fácil de los fieles asistentes

     La mayoría absoluta lograda por el PP en las elecciones del 2011 nunca fue producto de los méritos de Rajoy y su equipo sino que las perdió el PSOE con el extraviado Zapatero que dejó el país hecho unos zorros. Don Mariano podrá ser considerado como un excelente Registrador de la Propiedad, trabajador incansable, disciplinado, cumplidor y ejemplar padre de familia, pero de eso a pretender catalogarlo como un carismático líder político existe un abismo, lo que no es óbice para reconocerle sus avances como parlamentario pero siempre en su línea de personaje gris, sin gran personalidad y propenso a dejarse aconsejar en exceso.


 

     Que nadie se llame a engaño. Cuando un partido triunfa en unas elecciones, glorias, halagos y reconocimientos le son adjudicados al presidente, ocurriendo lo mismo cuando lo cosechado son amarguras y merecida la derrota. "El coronel (de García Márquez) no tiene quien le escriba", algo parecido a lo que le ocurre a Rajoy Brey con los restantes partidos que no están dispuestos a proponerle pacto alguno.


 

     Si en efecto Rajoy, tal como tiene anunciado y repetido pretende optar a una segunda legislatura, tendrá que reinventarse y prescindir de gran parte de su actual equipo de asesores y cargos, cuya sola aparición en las pantallas de TV causan auténtico repudio sin ser necesario el citar nombres de sobra por todos conocidos. Lo que no suponga  una renovación total y a fondo, originará otra catástrofe sin paliativos en las próximas elecciones generales. La afirmación por parte del Jefe del Ejecutivo de no estar dispuesto a efectuar cambios y sentirse muy tranquilo actualmente, no pasa de ser otra solemne memez más.

     Sobre lo único que los españoles tenemos total certeza es que nadie sabe lo que ocurrirá de ahora en adelante y hasta final del 2015. Especularemos sobre lo divino y lo humano nos sobran, pero eso si, eludamos populismos y procuremos arreglar y mejorar lo que está mal y cuidemos con esmero todo aquello que por el momento funciona correctamente. Permitámonos modificar  lo que verdaderamente sea necesario y efectúense los cambios que estén demostradamente justificados. Durante la campaña electoral han sido varios los políticos que han aludido a los “bolsillos de cristal”, pero a estas alturas, los  ciudadanos, más que frases necesitamos hechos y compromisos…..así que….¡¡mucho cuidado con las cosas de comer!!



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