Asturianos en el cine

Dentro de unas fechas Gijón celebrará una nueva edición de su prestigiado festival de cine. Ello me da pie a recordar personajes asturianos que tuvieron protagonismo en el Séptimo Arte y que hoy prácticamente muchos de ellos están en el olvido, de ahí que piense en que un festival como el que se celebra en la Villa de Jovellanos es el escenario adecuado para hacerles justificación un recordatorio.

Uno, desde luego, es el allerano José Suárez quien cuando se retiró ya en los últimos años del franquismo fue alcalde de su concejo. Un actor que llegó algo tarde al cine al ser descubierto para rodar su primera película, Altar Mayor, relacionada con Covadonga, tras ejercer durante su juventud como factor del ferrocarril Vasco Asturiano. Recuerdo que en mis comienzos fui a Madrid enviado por el diario Región para entrevistar a asturianos famosos y uno de ellos fue José Suárez, ahí le conocí. Estaba rodando en las afueras de la capital de España una película de época que se tituló “Esclavos de Cartago”. Me atendió con gran deferencia a pesar de que yo era un plumilla que me iniciaba en el periodismo y con el paso del tiempo nos convertimos en buenos amigos hasta el punto que siempre le agradecí me diera unos días antes de hacerse oficial la exclusiva de su nombramiento como alcalde de Aller. Con la pinta que tenía si coge estos tiempos José Suárez sería hoy el Antonio Banderas del cine internacional.

Tenemos por fortuna dos actores vivos y coleando por los que no parece pasar el tiempo. El primero, Arturo Fernández que ya ha pasada de los 80 y que continúa incansable haciendo teatro. Gran tipo, elegante donde los haya, consiguió incluso que el entonces alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo le nombrase, a él que es todo un gijonudo, hijo adoptivo de Oviedo. Nunca se me olvidará su interpretación en el triller “Un vaso de whisky”. También le traté mucho en el rodaje de “Jandro”, la historia apócrifa de la familia Felgueroso, rodada en Gijón en color y cinemascope bajo la dirección de Julio Coll. Junto a él continúa por los escenarios, sin perder el empuje, la ovetense Mary Paz Pondal con más de 70 películas a sus espaldas. Vive en Madrid pero hasta no hace mucho tenía un molino en Novellana. Es una persona encantadora que ama a su Oviedo natal a donde acude cada vez que sus actuaciones le dan tiempo, alojándose siempre en “El Ovetense” como gran amiga que es de Serafín y sus hijas.

Debo recordar también a un destacado empresario gijonés, Jesús Rubiera, que se convirtió en la década de los 60 en importante productor cinematográfico, “Jandro” incluida. Tenía la oficina junto a la madrileña  Puerta del Sol a donde solía ir a verle en busca de noticias, obsequiándome siempre con un paquetito de cafe colombiano que importaba, era su otra actividad, desde Hispanoamérica. Por supuesto que no puedo olvidarme del decorador luarqués Gil Parrondo, ganador de dos Oscar, el asturiano más grande que ha trabajado, y aún trabaja pese a su edad, en la industria del cine internacional. ¿Y que decir del director ovetense Gonzalo Suárez?. No solo tiene un excelente pulso intelectual para dirigir cine sino también es un interesante autor de libros que llegó años atrás a deslumbrar a su colega norteamericano Sam Peckinpah al que en más de una ocasión invitó en el verano a la casa que allí tuvo el entrenador de fútbol Helenio Herrera que se había casado con su madre. Reuniones a las que, por cierto, tampoco faltaba el comunicólogo Juan Cueto Alas.

Lógicamente con el paso del tiempo surgen generaciones nuevas como los directores José Antonio Quirós o Tom Fernández y actrices como Paula Echevarría, la esposa de Bustamante, a quien hace quince años conocí como azafata en el stand que HUNOSA colocaba en la Feria Internacional de Muestras de Asturias. También tenemos un productor creativo y de prestigio, Juan Gona, quien ha construido en el polígono de Argame unas magníficas instalaciones para rodar cine o televisión y en donde en la actualidad se graba todas las mañanas el programa de la TPA “Directos al mediodía” que dirige mi admirado Luis Mugeta.

Se que me olvido de secundarios actores asturianos que también han puesto su granito de arena pero, desde luego, no quiero olvidarme de tres persnajes que en Oviedo hicieron mucho por el cine, principalmente en el campo de la exhibición. Recuerdo a Moncho Mier que dirigía una empresa que llevaba en alquiler el Teatro Campoamor, el Filarmónica, el cine Santa Cruz, el Aramo -en éste vi la primera película de mi vida, en unas nevadas navidades, “La Túnica Sagrada”- y el cine Ayala del que fue propietario unos años. Otro personaje fue Santiago Silva, gerente de la empresa Manuel Fernández-Arango. Ejecutivo culto y eficaz fue también una de las personas que promocionó con éxito la temporada de Opera, y, por supuesto, no puede olvidarme de mi buen amigo Enrique García, que amó tanto el cine que siendo crío iba al cine Roxy en la Argañosa a ver dos películas al día. Junto con Oscar Muñiz, ya fallecido, buen escritor y programador de la empresa Fernández-Arango, logró que Oviedo fuera una capital puntera en España en cuanto a estrenos cinematográficos se refiere. Abrió y lanzó la primera sala de arte y ensayo que hubo en Asturias, el Palladium en la calle Aureliano San Román que se inauguró con la cinta “Repulsión” de Roman Polanski. Luego tuvo una productora, Bocaccio Films con el que fue presidente del Real Oviedo Enrique Rubio Sañudo y con el paso de los años sufrió un día un patatus mientras venía cine en el Ayala del que se afortunadamente se recuperó. Nuestro común amigo, Severino Fernández, el principal pilar durante años de Radio Asturias, y yo solo le echamos en cara ser culé perdido. Ya lo sé, nadie es perfecto.



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