El Museo de Avilés acoge la exposición "La Marcha de Hierro. Octubre, 1992", que cumple 25 años

El Museo de Avilés acoge la exposición "La Marcha de Hierro. Octubre, 1992", que cumple 25 años

 

  • Fotografías, un vídeo, libros y pegatinas componen esta muestra que documenta la marcha histórica en favor de la industria siderúrgica

                                                                     

Este miércoles, 15 de noviembre, a las 12:30 horas se inaugura en el Museo de la Historia Urbana de Avilés la exposición "La Marcha de Hierro. Octubre, 1992". El acto estará presidido por la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, con asistencia de la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, y el director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, Benjamín Gutiérrez Huerta.

 

La exposición se exhibirá en las salas de exposiciones temporales del museo avilesino hasta el 10 de diciembre. Está compuesta por una recopilación de fotografías realizadas por Ángel Fernández Alderete y Viciente Juidia, dos de los protagonistas de la marcha que hace veinticinco años partió de Oviedo camino de Madrid. Siderúrgicos asturianos y vascos, entonces de Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, trataban con este acto de defender la continuidad de la industria siderúrgica.

 

Las fotografías estarán acompañadas de un vídeo con imágenes de la marcha y también con otros elementos como libros o las pegatinas que se elaboraron para la ocasión. Como curiosidad, el Área de Cultura, también aporta de sus fondos la documentación original, que sirvió para unos meses después, en abril de 1993 se designara a una de las calles de nueva construcción como "Calle de la Marcha de Hierro". Como reza literalmente el texto del acuerdo municipal, esta decisión se tomó al "constituir este acontecimiento el primer hito en la historia local en la que se aglutinan en su apoyo todos los estamentos locales, sin distinción de ideología, para defender las bases de nuestra economía".

 

La Marcha de Hierro constituyó un hito en las reivindicaciones laborales españolas. Los procesos de reconversión continuaron, pero la cabecera siderúrgica asturiana se mantuvo. Aquella acción del pasado no deja de ser un elemento fundamental en la pervivencia del presente y en la esperanza del futuro con nuevas inversiones que generen empleo y tejido económico en una comarca para la que la industria siderúrgica ha tenido un papel fundamental en el último medio siglo.

 

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