Movilización sin precedentes de la Iglesia Católica

Movilización sin precedentes de la Iglesia Católica

“Os envío como corderos en medio de lobos”, las últimas semanas en España ha sucedido un acontecimiento que no sale en los medios de comunicación, una movilización sin precedentes en la cual miles de personas de toda España han salido de sus comodidades familiares y personales para dedicarse a dar una buena noticia a quienes les querían escuchar.

Por iniciativa del Camino Neocatecumenal y por inspiración de Kiko Arguello y con la autorización del Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española se invitó a quien tuviese a bien dedicar una semana de su vida a abandonarse a la Providencia, sin dinero, sin comida, sin forma de comunicarse, para anunciar el Evangelio de la Iglesia Católica en los lugares que fuesen designados por sorteo.

Hace unas semanas en otras zonas de España, este pasado fin de semana en León con asistentes de Asturias, Cantabria, Galicia, Castilla y León y Extremadura, en total más de 400 personas voluntarias que a sorteo les tocó pasar una semana para anunciar su fe a los demás.

Enviados por el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, D.Ricardo Blázquez y arropados por una centena de sacerdotes, dio comienzo esta loca aventura.

Se sorteaban por un lado las mujeres, por otro los hombres y por último los pueblos o ciudades de las regiones comentadas.

El primer dia de “aventura” fueron llevados al lugar donde les había tocado, dos hombres o dos mujeres, siempre de dos en dos y del mismo sexo.

En su mochila, tan sólo la Biblia o el leccionario de las horas para rezar los oficios, ni un euro, ni un trozo de pan, por supuesto, sin el móvil para llamar a sus familiares.

Tal vez una locura?, habría que esperar al último dia y escuchar su experiencia al volver al punto de encuentro de donde salieron, León.

Jesús y Mario, José Alberto y Marino, Ana y María, Pedro y Miguel, Mateo y Juan, Esther y Marta, hasta más de 400 son algunos de los enviados a esta Misión de dos en dos.

“El primer dia llegamos al destino que nos había tocado y lo primero que pensábamos era donde dormiríamos esa noche”, muchos de ellos en un banco, otros bajo un columpio, los más afortunados acogidos por personas totalmente desconocidas, unos porque realmente los veían como enviados por la Iglesia y otros por caridad humana.

Pero ese era tan sólo el principio, “fuimos despreciados por quienes creíamos que nos acogerían y acogidos por aquellos que tantas veces juzgamos, ateos y comunistas que afirmaban la no creencia de Dios,  pero que abrían sus casas para darnos de su cena y ofrecernos su lecho para pasar la noche.”

En ocasiones despreciados, insultados, “éramos realmente imagen de Jesucristo, al que tantas veces despreciaron, eso nos hacía sin realmente esforzarnos no juzgar ni rebelarnos, sino todo lo contrario, poder rezar por esas personas”.

“Algo que yo no entiendo, en mi vida normal, soy rebelde y lucho contra la injusticia, cuando se me humilla y desprecia me rebelo, pero en esta Misión, algo diferente me ocurría, cuando yo anunciaba la Paz y se me despreciaba, esa Paz volvía a mi”.

“Somos estudiantes, obreros, funcionarios, amas de casa, madres y padres normales que hemos visto una oportunidad de poder anunciar lo que en su dia nos anunciaron a nosotros y nos ha cambiado la vida, el amor de Dios a los hombres que hemos experimentado y queremos transmitir”.

Realmente puede haber otras formas de anunciarlo hablando con los vecinos y con los compañeros de trabajo, pero “poder sufrir y vivir lo que en su dia hicieron los apóstoles de Jesús, no tiene precio, poder ver dia a dia que Dios provee es impagable”, “esta experiencia ha sido mucho más gratificante para mi seguro que para las personas con las que me pude encontrar, aunque espero que haya tocado algún corazón”.

Noches en albergues de transeúntesllenos de cucarachas y arañas, “rodeados de indigentes a los que yo tantas veces veía en la calle  apartaba mi vista y negaba mi dinero, hoy dormía con ellos y ellos me acogían sin desprecio, pudimos anunciarles también que Dios les amaba, que difícil tantas veces entender eso, pero lo acogían con lagrimas y en los ojos y agradecimiento, Sorprendente!!!!

Algunos de los enviados en ocasiones tuvieron que alimentarse de la comida que se le echaba a los patos en los parques, de tener que mirar papeleras, porque allá donde íbamos o nos despreciaban o no nos hacían ni caso y no teníamos ni para comer.

Más de 400 enviados y muchas más de 400 anécdotas, “hemos visto el sufrimiento de la gente, hemos visto que donde pensábamos que nos iban a despreciar nos acogían y viceversa, hemos visto que el ser humano necesita esta Buena Noticia”

Una semana da para muchas cosas en estas circunstancias, la Misión no era comer bien, ni dormir en un colchón bajo techo, era poder cumplir lo que en su época hizo Jesús cuando envió a los 72, anunciar a los hombres que Dios existe y que les ama en sus acontecimientos y con la vida que tengan, el que cree eso su vida cambia.

La siembra que hicieron estos hombres y mujeres, es probable que ni ellos mismos la vean, pero la gratificación que tuvieron en su vuelta con sus caras de felicidadse veía en la distancia. No hacía falta más que verlos llegar de nuevo a origen, sus semblantes irradiaban una felicidad no conocida, un sentimiento difícil de explicar, ni ellos mismos lo podían describir.

Para la recepción y acogida de los  misioneros se ofició un encuentro presidido por el Arzobispo de Oviedo y el Obispo de León donde muchos de ellos contaron las experiencias vividas en estos dias.

"³Estamos Felices, ha sido una semana fantástica, inmejorable a pesar de no haber comido, de que nos han despreciado, de que hemos dormido en ocasiones sin techo y con frío².
³Hemos visto realmente en nuestra carne en estos días las caricias de Dios  en la acogida y en el desprecio.²

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