Llanes lamenta la muerte de Pablo Ardisana, el poeta del amor del Valle de San Jorge

Llanes lamenta la muerte de Pablo Ardisana, el poeta del amor del Valle de San Jorge

 

Al amor, al paso del tiempo, especialmente a la niñez, a la noche, al lenguaje, a la historia, a la cultura popular, pero sobre todo al querer, dedicó Ardisana más líneas. Al amor que desea, al amor loco, al amor ausente, al idealizado, al terminado. Dora Barrial, en la Antoloxía Poética del Resurdimientu, editada en 1989, lo definió como un “bon poeta l´amor”.

 

Enmarcado entre la primera y segunda generación del proceso de recuperación de la llingua y la cultura asturiana, conocida como “Resurdimientu”, Pablo Ardisana, se alejó de la estética social y reivindicativa de los poetas de esa primera generación, de ahí, que unido al hecho de haber sido un poeta tardío en cuanto a publicaciones, su primer libro vio la luz en 1982, se le vincule más con la segunda generación del “Resurdimientu”, por la búsqueda de las formas y el cuidado de la estética.

 

Ardisana había nacido en Hontoria en 1940, se crió entre Cardosu  y Cuerres y  se licenció en Geografía e Historia, lo que sin duda influyó en su obra, donde no faltaron lugares y fechas. No sólo a la poesía dedicó su actividad literaria, mayormente en asturianu, también a los cuentos y a la redacción de diversos estudios.

 

Pablo, que por decisión propia había creado su mundo en su hogar de Hontoria, totalmente alejado, pero conectado con la realidad y actualidad llanisca,  deja  a dos hermanos, José María y Juan,  y un  gran vacío entre sus numerosos amigos, que echaran de menos su gracia, su ironía, su curiosidad eterna, su picardía, su basta cultura, su conocimiento del mundo rural y preguntas como “¿Que hay de nuevu po la villa?”.

 

Nin Mora, nin Noble, nin Clavela, asina agora: Gilda VI-Citation-Baliant.

Nun te conocieron los vieyos llabradores que suañaben, pa ti, la plata nos lloqueros.

Nengun rapaz te llindia mientres cancia: el toque elléctricu sustituyó a la música.

Nin el toru, mansamente huracanáu, cubrirá, gocioso, el to deséu.

Nin el xatín de blincos y d'espluma irá al to caldar de cálidu alimentu.

Yá nun vas al ríu de los remansos a bebete a ti mesma.

Y nun güelves a la corte mullida de felechu y rosada ...

Como una máquina: la lleche que tú manes cuerre per tuberíes facia'l fríu frigoríficu.

Y cásique te miden hasta'l pelo pa facete númberos: cuntabilidá.

 

                                                                                                                    Pablo Ardisana

 

 

Foto: Araz.net

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