Oviedo.-La Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias renovó sus cargos a primeros de marzo, a pocas semanas de imponerse el periodo de cuarentena masivo en España. Un inicio de mandato que ponía en la Presidencia a Ana Andres Ablanedo (Soldepaz Pachakuti) en la Vicepresidencia a Araceli Rodríguez (Geólgos del Mundo), en la Secretaría a Celeste Intriago (MASPAZ) y en la tesorería a Concepción Díaz de Zarate (CARE). Dichos cargos estarán acompañadas durante los próximos dos años por dos vocalías hasta el momento, una responsable de acciones de Sensibilización y Educación para el Desarrollo, Lucia Nosti (Médicus Mundi) y otra responsable del trabajo sobre Igualdad y Género, Mayús Ramos (Milenta Muyeres).
El mandato de dicha junta arrancó con una difícil situación , en la que nuestra entidad, que aglutina a una cuarentena de organizaciones en Asturias, quiere manifestar sus inquietudes frente a crisis del COVID-19. Durante estos días, en nuestro contexto, se han implantado y puesto en marcha medidas urgentes y programas de protección tanto a nivel sanitario como económico y social. Además, hemos sido testigos de la oleada de solidaridad entre la ciudadanía y la unión para afrontar conjuntamente el impacto de la pandemia en todos los sectores y en todas las esferas de la vida.
Pero este sentimiento de unidad frente a la catástrofe, con una gran carga emotiva, puede generar por factores de situación, una respuesta centrada en apoyar el "nosotros" (el grupo cultural y social al cual pertenecemos) y rechazar a "los otros" (aquellos que no forman parte de él). Históricamente, las ONGD hemos tenido y tenemos un papel fundamental en situaciones de crisis y sufrimiento humano, siendo partícipes indispensables de la lucha contra la pobreza, actuando en crisis sanitarias como la del ébola y estando en primera línea para apoyar a la población frente a catástrofes, conflictos bélicos, y/o para apoyar a los desplazados y refugiados.
En estos difíciles momentos, las organizaciones de desarrollo estamos ajustando nuestra capacidad de actuación para contribuir, desde nuestra experiencia y especialización, a paliar los efectos de la crisis en las poblaciones más vulnerables en España y en los países en los que trabajamos.
Conocedoras de la situación de pobreza, hambre y enfermedad en la que se encuentra gran parte de la población en los países empobrecidos en los que trabajamos, alertamos que en un momento histórico como el actual, las comunidades beneficiarias de la Ayuda Internacional para el Desarrollo no disponen de los suficientes medios políticos, económicos y científicos para afrontar esta pandemia, y que como ha quedado demostrado esto nos afecta e implica mucho más de lo que pensábamos. Se pronostica que el impacto en las poblaciones más pobres del mundo será devastador, de ahí nuestra preocupación frente a las medidas que puedan llevar a cabo entre otros, el Gobierno de Asturias, en la ayuda a la Cooperación Internacional para el Desarrollo en el escenario post-alarma, por la necesidad de apoyar medidas de recuperación en los ámbitos locales y autonómico. Confiamos en que no se abandonen los compromisos políticos con los países empobrecidos en los que las ONGDs actuamos como ejecutoras de los mismos, y portavoces de las poblaciones receptoras de ayuda. Así que queremos ratificarnos en nuestra defensa del mantenimiento de los programas y compromisos adquiridos para la Cooperación Internacional, ya que su supresión o reducción no solo tendrían drásticas consecuencias para los pueblos más vulnerables y pobres del planeta, sino que aumentaría los conflictos o la inseguridad sanitaria a nivel mundial. Como agentes de Cooperación Internacional, hoy más que nunca, nos reafirmamos en nuestros valores y recordamos que este es un viaje compartido, en el que, como ya se ha dicho en múltiples ocasiones, debemos superar esta situación “sin dejar a nadie atrás”, debemos ir a un mundo en el que estén "las personas primero".
