Los accidentes laborales siguen descendiendo

Los accidentes laborales siguen descendiendo

Los últimos datos de siniestralidad laboral en Asturias, que corresponden al mes de marzo y son provisionales hasta que el Instituto Asturiano de Prevención haga la explotación total de los mismos al finalizar el mes de abril, arrojan un descenso del número de accidentes laborales en nuestra región del 12,36 por ciento. Asimismo, la siniestralidad descendió en nuestra región un 6 por ciento en el año 2010, continuando la tendencia experimentada en 2009 y 2008, e invirtiendo los datos de 2007 que habían supuesto un incremento de la siniestralidad en nuestra región de aproximadamente un 8 por ciento (siempre hablando de número de accidentes). Además, los siniestros mortales también descendieron notablemente en nuestra región en 2010.

 

Son datos objetivos por los que hemos de estar moderadamente satisfechos, y que confirman que las empresas siguen trabajando para mejorar las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, que también utilizan mejor los medios que los empresarios ponen a su alcance.

El descenso también es evidente si ponemos en relación el número de accidentes con el número de trabajadores, lo que se conoce como índice de incidencia. Así, en 2008 el descenso de este índice fue del 1,1 por ciento, en 2009 del 13,15 por ciento y en 2010 del 5,53 por ciento.

 

A juicio de Leticia Bilbao, responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de FADE, “desde la federación no podemos comprender las afirmaciones gratuitas y sin fundamento realizadas por los sindicatos, atribuyendo al paro y a la crisis la bajada de la siniestralidad y mucho menos la alusión a la ocultación de accidentes por parte de los empresarios”.

 

“En FADE –aseguró Bilbao- estamos convencidos de que la mejora de las condiciones de trabajo en las empresas, y la integración de la prevención en las mismas, que no persigue otra cosa que la reducción de los siniestros laborales, es cosa de empresarios y trabajadores, de organizaciones empresariales y sindicales, pero de forma conjunta. Por supuesto que hay cosas que mejorar en el momento en que se produce un solo accidente en nuestras empresas, pero es justo reconocer el esfuerzo que están haciendo nuestras empresas cuando consiguen descensos en sus ratios de siniestralidad, y no buscar el enfrentamiento o la demagogia, teniendo en cuenta que además se parte de registros superiores a los de otras regiones.”

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