Infiestu (Piloña).-Este sabado se celebró en la Majada de Espineres la tradicional XXXVIII Fiesta del Asturcón, con una jornada climatológicamente espléndida, una asistencia de público desbordante y el espectáculo de l.a bravura indómita, al tiempo que la nobleza, del caballo de los astures, el asturcón, representado por magníficos ejemplares cuya estampa conmovió a quienes por primera vez se asomaron a sus evoluciones en pura naturaleza asturiana.

En la jornada se hizo entrega igualmente de los galardones anuales de este encuentro. El Asturcón de Oro, a la red de Paradores. El de Pastor Mayor del Sueve, a José Luis Huerta Martino y el de Mujer Rural del Sueve a María Luisa Cueto Fabián.

El asturcón, después de siglos de un extraordinario rendimiento, estuvo a punto de perecer por el avance de la industrialización.

El asturcón en sus orígenes era salvaje y no tenía utilidad ninguna para el ser humano. Más tarde fue domesticado y era utilizado para las tareas agrícolas y transporte.

Los astures los emplearon como animales de monta y tiro, en algunos casos pudieron ser usados con fines alimenticios o de sacrificio, como así se ha constatado en los restos encontrados en las excavaciones arqueológicas del castro de Noega en Gijón (Asturias).

Los romanos apreciaron sus características y los utilizaron en las minas. Por ello llegó a haber ejemplares en las zonas mineras de Valencia.

Hoy en día los últimos asturcones se reducen a la sierra del Sueve, en el oriente asturiano, entre los concejos de Parres, Piloña, Caravia y Colunga, y son unos pocos ejemplares protegidos por ACAS. La festividad de "La doma del asturcón" se realiza a mediados de agosto en Espineres (Piloña), donde se produce un control de los asturcones "salvajes" mediante su marcaje.