La radio, la televisión, la prensa escrita...

Casi todos los medios de comunicación parecen haberse puesto de acuerdo en publicar solamente noticias pesimistas, generadoras de miedo, desasosiego, incertidumbre, desconfianza... incluso parecen todos especialmente interesados en que las noticias provoquen pánico ciudadano. Asistimos desconcertados a tanta pasión paroxística por lo negativo.

Las tertulias, actualmente tan del gusto de los medios de comunicación, integradas muchas veces, por no decir la mayoría, por tertulianos con poco conocimiento, menos criterio, y ningún sentido común, parecen alcanzar el clímax cuando exageran al máximo la carga negativa de la realidad que cuentan. Muchos de ellos aparentan disfrutar en proporción directa al mayor pesimismo que pueden contagiar a su audiencia.

No tiene sentido, no es objetivo y, además, no es nada práctico, mantener por más tiempo esta moda. La economía necesita alimentarse de ilusión, de esperanza en un futuro mejor, de entusiasmo.

Hay muchos motivos para exigir a los medios de comunicación responsabilidad ante esta tendencia que destruye capital social, que genera tristeza, que contamina. Resultado: ansiedad, angustia, desasosiego, desconfianza, incertidumbre y miedo, mucho miedo.

Y lo peor es que si les dejamos, acabarán teniendo razón: la profecía autocumplida.

La realidad es poliédrica, variopinta, diversa. Una dificultad también puede ser un reto. Un problema casi siempre tiene solución. La actitud es fundamental para encarar el futuro con éxito.

Recuperemos confianza para proyectar, para invertir, para prestar, para comprar, para ser felices.

Hay muchas buenas noticias que contar. Pásalas.

Nos vemos. Besitos. Click.