¡Qué tufillo!

¡Qué tufillo!

Se cesa a una secretaria municipal porque se puede, y punto. Se suspende la actuación de Albert Pla porque declara en un periódico regional que “siempre le dio asco ser español” y eso se considera un insulto a los gijoneses. ¿Ofensa a los gijoneses? La declaración es desafortunada, aunque viniendo de quien viene, provocador donde los haya…

 

Recientes oprobios, ultrajes, humillaciones, las de la “resabidilla” vicepresidenta Soraya, las de la rociera ministra de trabajo Báñez y las del engolado ministro Montoro. ¡Eso sí que es grave! Mentiras ofensivas en el templo de la democracia, en el lugar donde no debería caber indignidad alguna sin que la circunstancia acarreara consecuencias dimisionarias a sus autores. ¡Eso sí que es burlarse de los trabajadores! ¡Eso sí que es insultar a los desempleados!

 

Puestos a hablar de agravios, a diario todos los ciudadanos somos objeto de ellos por quienes nos gobiernan y no se les reprueba o cancela las irrespetuosas actuaciones parlamentarias a las que asistimos de forma rutinaria. Esta última semana la “resabidilla” vicepresidenta Soraya ha sido protagonista de un incidente infinitamente más grave que el del exabrupto de Pla.

 

La pizpireta vicepresidenta, de forma insultante, ha venido a culpar a medio millón de desempleados de defraudar a todos los españoles, cobrando el subsidio a la vez que realizaban trabajos en B (algo de lo que en la calle Génova saben mucho). Y resulta que es una burda trola que no tiene otra finalidad que cimentar la sombra de la sospecha de la responsabilidad de la crisis en los trabajadores, justo el colectivo que no ha tenido nada que ver en ella, excepción hecha de tratarse de víctimas de esos mismos colaboradores necesarios que avergüenzan desde sus escaños.

 

Se le afea a la vallisoletana su comportamiento y lejos de lamentarlo, carga sobre el anterior Ministro de Trabajo socialista por haber sido el autor de una afirmación según la cual, durante su gobierno, se retiró el subsidio de desempleo al 25% de los parados, por defraudar al estar trabajando. Y resulta ser otra asquerosa falacia. Se retiró el subsidio al 25% de 235 mil desempleados que estaban siendo investigados. ¡No va nada! Casi lo mismo que ahora, que se ha retirado la prestación a cinco mil, no a medio millón, como afirmaba la señora vicepresidenta.

 

Cayo Lara reprocha la actitud y la milagrera ministra contesta con el “y tú más”, “más te vale que vigiles lo que pasa por Andalucía”. Y hete aquí que esta señora ha tenido a dos hermanos metidos en el ajo del asunto de Mercasevilla, de los que no se va a conocer su efectiva implicación por haber prescrito los delitos imputados. ¡Hay que tener rostro!

 

Para no ser menos, la intervención del inmodesto Montoro vuelve a escupir en nuestras caras el embuste atribuido al exministro Valeriano Gómez. ¡A seguir ofendiendo que sale gratis!

 

A fecha de hoy, ninguno de los tres fenómenos dirigentes, integrantes de una organización política investigada por saquearnos, con la sombra de la Gürtel arrojada sobre los primeros espadas, electos con un discurso plagado de mentiras, embusteros que no tienen pudor alguno en continuar utilizando bulas con la clara y aviesa intención de seguir manteniendo su poltrona, ha cantado la palinodia. En un ranking de menosprecios, ¿quién ocuparía una plaza preferente? ¿El agravio de estos impresentables o el de Albert Pla? Allá cada cual con su elección.

 

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski 

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